Los periurbanos: una oportunidad de desarrollo

En la tensa frontera entre lo urbano y lo rural, la agroecología aparece como una salida superadora y rentable para resolver disputas. El mes pasado el ex gobernador y actual diputado provincial Miguel Lifschitz presentó un proyecto de ley para fomentar y regular el uso de suelos periurbanos, esa interfase entre el área rural y urbana, con numerosos objetivos, entre ellos, promover la producción sostenible de alimentos y evitar la urbanización desordenada. El proyecto, según el legislador, de ser aprobado tendrá un importante impacto social, económico y ambiental.

La iniciativa busca regular el uso de los periurbanos, cinturones verdes que rodean las zonas urbanas, con el objetivo de promover la producción sostenible de alimentos y evitar la urbanización desordenada de “tierras dedicadas a la producción agroalimentaria de forma que podamos garantizar la soberanía alimentaria permitiendo que cada ciudad pueda producir sus propios alimentos”, señaló oportunamente el ex gobernador.

Las estrategias del agro a largo plazo se ubican en tercer lugar

Esta iniciativa sirvió de disparador para que la Usina Social, una fundación presidida precisamente por Miguel Lifschitz, organizara un webinar sobre “Seguridad alimentaria, periurbanos y agroecología: una abordaje necesario”, encarado en este caso por cuatro especialistas en el tema: el ingeniero forestal Francisco Cardozo, coordinador de la plataforma de innovación territorial en periurbanos del Inta Oliveros; Ariel Bonadeo, ex presidente comunal de Arroyo Aguiar, una pequeña localidad del conurbano de la ciudad de Santa Fe y que fue parte muy importante del proyecto del parque Agrario Santa Fe Metropolitano; Eduardo Cerdá, ingeniero agrónomo y coordinador de la Red Nacional de Municipios por la Agroecología (Renama) y Gimena Gómez, consultora en agroecología de la FAO.

El encuentro virtual estuvo moderado por Mauro Casella, actual asesor de Lifschtiz y ex secretario de Desarrollo Territorial y Economía Social de Santa Fe, quien reflexionó que el abordaje de los periurbanos “nos invita a pensar y hablar sobre la seguridad alimentaria, que es un tema que en nuestro país se pone nuevamente en boga en base a los últimos índices, incluso de pobreza que estuvimos en los últimos días. También es preciso tener una mirada en base a la agroecología como un sistema posible, es decir, que garantice y contribuya a la seguridad alimentaria, pueda brindar algunas respuestas de gestión y de producción en periurbanos de nuestras ciudades”.

El periurbano “está en conflicto o en disputa permanente no sólo entre la ciudad y el campo y no sólo por los conflictos que se dan por la aplicación fitosanitarios o de agroquímicos, sino porque las ciudades avanzan desordenadamente sobre el campo. Entonces hay que partir de un paradigma, de un tratamiento territorial para definir un rol específico a estos periurbanos no sólo en términos productivos, sino sociales y ambientales, la producción de alimentos de cercanía, de biomasa y la relación con la bioeconomía, la economía circular, y definir de qué manera generamos mecanismos de gobernanza que permitan trabajar en estos territorios de forma consensuada y reconciliar la visión campo-ciudad como lo fue históricamente”, agregó Casella.

Rol del Inta

Desde el Inta, “estamos tratando de abordar este espacio complejo de distintas maneras. Una forma es a través de un nuevo mecanismo que se llaman plataformas de innovación territorial, que en general son ámbitos de articulación y de coordinación del sistema agroalimentario y agroindustrial para ver por un lado las oportunidades y sobre todo identificar los problemas para trabajarlos en conjunto”, explicó Cardozo.

El ingeniero forestal detalló que en Santa Fe hay dos plataformas por cada estación experimental, espacios geográficos no tan definidos, pero sí “claramente lo que buscan es facilitar la interacción y la colaboración entre todos los actores de esos sistemas para facilitar el desarrollo de productos y procesos en el marco de las políticas públicas que impactan en los problemas y oportunidades priorizados”.

En ese sentido, el profesional del Inta comentó que la problemática del periurbano “se repite en toda la provincia y principalmente en el área pampeana, donde se evidencian los conflictos que tienen que ver con la aplicación de agroquímicos, y la puja de intereses entre lo productivo y lo social, que es importante identificar. A partir de ahí hemos establecido objetivos de abordaje integral de los aspectos socio organizacionales, ambientales, tecnológicos, económicos, productivos, político-administrativos y de gestión del territorio urbano rural, para promover la innovación y el desarrollo sustentable”.

Límites y potencial

A la hora de definir los obstáculos para el abordaje de los periurbanos, Cardozo comentó que “a veces cuesta salirse de la forma de pensar, por lo que hay que mirar el sistema. Este es un avance que tenemos importante que tiene que ver con una multidimensionalidad y múltiples abordajes”.

Además, detalló que “hay cambio de paradigmas a todos los niveles, no es sencilla la incorporación de la ganadería, la tenencia de la tierra y la forma de contratación dificulta el trabajo a mediano y largo plazo, hay una falta de formación de las personas (estudiantes, profesionales, funcionarios, consumidores), una falsa idea de que a estas producciones periurbanas le falta rentabilidad, falta mayor apoyo local de las comunas. El planteo de transición se lo ve como una dificultad. En definitiva, el conflicto urbano-rural es un problema, no un dilema”, redondeó el ingeniero.

Sobre las potencialidades de los periurbanos, Cardozo mencionó la posibilidad de desarrollar los mercados de cercanía, mejorar la cultura alimentaria, el involucramiento de numerosas instituciones públicas, oportunidades de producción, agregado de valor y consumo, un buen potencial productivo de los suelos y una creciente demanda de alimentos sanos.

En conclusión, “el suelo de este espacio está cruzado por múltiples dimensiones y actores que complejizan su gestión. Tanto las herramientas de gestión, como los seminarios, como los proyectos locales que proponemos y hacemos en conjunto desde agosto tienden a la integración. Tenemos claro que para generar incidencia, cambios y propuestas en el territorio tenemos que hacerlo en conjunto, compartiendo espacios, recursos, ideas y generando posibilidades de trabajo desde el rol de cada uno, para mejorar las condiciones de las poblaciones que viven en estos lugares y sobre todo con condiciones de equidad y de sustentabilidad, que son ejes de nuestro trabajo.

“Sin dudas, la mirada sistémica multidimensional del territorio periurbano es necesaria, como poner manos a la obra sin dilemáticas, avanzando en problemas concretos. Que el Inta se ponga como la gran institución nacional que es a mostrar que los modelos son posibles, otorga otro estatus a esta posibilidad y a esta transición. Queda planteada la necesidad de las políticas públicas de escala que permitan esta trama que refleja la plataforma, se pueda ir hilando y escalando a nivel provincial regional y nacional”, concluyó Casella sobre las palabras de Cardozo.

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