Cañada de Gómez: “Hoy parece que los empleados municipales somos vagos, borrachos y faloperos”
Desde la Festram manifestaron su rechazo los test “sorpresivos” de narcolemia realizados sobre sus afiliados. Marcelo de Santa Brígida, del sindicato de Empleados Municipales, señaló que “por un mal criterio del Ejecutivo, la ayuda consiste en suspender a la gente que tenía algún rastro de sustancia”.
Aclaró que no todo personal municipal suspendido “es por este tema, porque hoy parece que los empleados municipales somos vagos, borrachos y faloperos. Lo que pasa en la Municipalidad es lo que pasa en cualquier otro lugar”.
Advirtió que “se están metiendo en la vida privada de la gente, porque el consumo de sustancias no está penado por la ley, y que, en tal caso, a la persona la habría que ayudar, y no sancionándola por diez días con la quita de una parte del sueldo”.
Anticipó que desde la Federación llevarán adelante acciones legales, porque de “manera sorpresiva” se les pidió una muestra de orina, se les hizo firmar una conformidad sin aclarar los motivos ni sus consecuencias.
La respuesta municipal
La jefa de RRHH de la Municipalidad, Mariana Bertoya, explicó que los controles, que se le realizan a toda la planta de empleados y funcionarios, se enmarcan en un “plan de prevención de accidentes” encarado junto a la ART dada la suba en la cantidad de accidentes en el ámbito laboral, y aclaró que “no es la primera vez” que realizan.
Advirtió: “Somos funcionarios públicos que tenemos que garantizar la prestación de servicios, y la seguridad del empleado y de terceros” y recalcó la necesidad de estos test porque “hay empleados que realizan tareas de riesgo, manejando vehículos de gran porte”.
A las acusaciones sindicales, respondió: “No nos metemos en sus vidas íntimas, pero sí, al momento de prestar sus servicios, debe garantizar no tener sustancias en sangre”, y aclaró que las eventuales sanciones están relacionadas a la peligrosidad de tarea que cumpla, y con sus antecedentes disciplinarios.
